La situación del agua en Nuevo León se ve amenazada por el progresivo deterioro de la tubería de suministro y las crecientes fugas, que representan una pérdida del 17% del agua potable en el estado, según cifras oficiales. Agua y Drenaje de Monterrey lucha por atender la abrumadora cantidad de fugas, con un rezago del 20% en la atención de los reportes.
A pesar de los esfuerzos de modernización, la infraestructura antigua y el aumento del desperdicio de agua representan un desafío para la gestión hídrica en la región.
El Gobierno de Nuevo León reconoce la magnitud del problema, especialmente en zonas donde la infraestructura tiene más de un siglo de antigüedad. El aumento del desperdicio de agua en el último año refleja la urgencia de abordar estas cuestiones para garantizar un suministro sostenible en la región.